Agustín Castilla-Ávila
Agustín Castilla-Ávila estudió guitarra en Conservatorio Superior de Sevilla, London College of Music, Guildhall School, Mozarteum de Salzburgo y Arizona State University. Estudió composición en el Mozarteum con Adriana Hölzsky y Reinhard Febel y en el Conservatorio de Luxemburgo con Alexander Mullenbach. Clases magistrales de composición con S. Sciarrino, C. Halffter, T. Marco, A. Posadas, K. Schwertsik, D. Schnebel, J. Taipainen y J. Tiensuu entre otros.
Durante el curso 94-95 fue profesor del Conservatorio Profesional de Ceuta, durante el periodo 95-98 lo fue del Conservatorio Elemental de Lucena (Córdoba) y en 2002 de la Arizona State University. Es Vicepresidente de la Internationale Gesellschaft für Ekmelische Musik y director del simposio “Mikrotöne: Small is beautiful 2017”. En el año 2013 obtiene el Jahresstipendium de la Región de Salzburgo.
Su música ha sido dirigida por D. Russell-Davies, J. Kalitzke, T. Ceccherini, Hannu Lintu (con la Avanti Chamber Orchestra), Alexis Soriano (con la Sinfónica de San Petersburgo), Hansjörg Schellenberger (Orquesta Sinfónica de Sevilla) entre otros. Ha publicado para Doblinger Verlag, Joachim Trekel, Da Vinci Editions y Bergmann Edition. Su música ha sido grabada en 11 CDs. Sus obras se extienden desde solo a orquesta incluyendo coreografías, obras para coro, obras de teatro ó cinco óperas de cámara.
Christa Hassfurther
Christa Hassfurther completó sus estudios de alemán e historia en la Universidad de Viena, fue profesora invitada de estudios teatrales y participó en cursos en diversos campos de las artes escénicas. Fue profesora en una escuela secundaria de Sazburgo e instructora de eventos mediales en la Universidad de Salzburgo. De 1986 a 1989 trabajó como freelance en el teatro Toihaus de Salzburgo. Sus tareas incluyeron el desarrollo conceptual y la realización de cursos pedagógicos teatrales en relación con las obras teatrales. También dirigió regularmente talleres de teatro figurativo para niños y adultos. En 1993, ella fundó el teatro Bodi end Sole en Hallein, Austria, que ha presidido desde entonces. La mayoría de las producciones se han creado bajo su dirección.
LIBRETTO
“Die Lutherin” Agustín Castilla-Ávila
A Chamber Opera for mezzo-soprano, organ, guitar and percussion in one act. Libretto written by the composer based on Martin Luther ́s quotations.
I.-¡Qué bella brillaba la estrella de la mañana!
¡Qué bella brillaba la estrella de la mañana! ¡Tomaste mi corazón! ¡Encantadora, amable, hermosa y gloriosa, grande y honesta, alta en dones y magníficamente sublime!
II.- La huida
Nuestra huida hacia la libertad ocurrió en la noche de Pascua de 1523. La escapada a la libertad para 9 monjas. Ni las paredes del monasterio ni la pena de muerte podían pararnos aquella noche de Pascua. Tú , Martín mío, a quien echo tanto de menos, nos diste el derecho de abandonar el monasterio. De abandonar la censura al amor. De abandonar la censura al lenguaje.
Sentimos el anhelo por un amor hacia un hombre. Eso nos ayudó. De lo contrario nunca habríamos escapado del monasterio.
Tú dijiste que la mujer no fue creada para ser monja sino para tener hijos.
En el monasterio estaban prohibido amar, hablar y reír.
III.- Aquí estoy
Aquí estoy, con el mismo miedo que tú, mi Martinus, de que hoy sea el último día de mi vida. Nunca tuve miedo de la peste cuando estabas conmigo. Nunca tuve miedo de nada cuando estabas conmigo.
¡El amor! ¡El amor! ¡El lenguaje!
IV.-¡El amor!
¡El amor!
¡El lenguaje!
V.- Es war doch wunderlich
«Es un milagro que la huida haya salido bien», nos dijiste.
Sentí el anhelo de amor. Nunca hubiera escapado del monasterio sin este anhelo.
No me podía imaginar que tú serías mi amado. Tardé un poco en darme cuenta.
Yo tampoco podía imaginarme, Martín, que hubiesen tantos muros en la vida para una monja, para una mujer, para una madre.
Muros más gruesos que los del monasterio.
La vida monástica era dura. Pero más dura es la vida en el mundo de los hombres. Aún así, una vida en libertad y en este mundo era más sensata y probablemente más cristiana que la de dentro de los muros del monasterio.
Y lo que aprendí como monja, jugó a mi favor.
¡Qué bella brillaba la estrella de la mañana!¡Encantadora, amable, hermosa! ¡Tomaste mi corazón!
VI.- Querido Martinus
Querido Martinus, mi cuerpo está gravemente herido. Escapando de la plaga de Torgau, tuve un accidente.
Mi alma también está herida. Tengo miedo de la muerte. El mismo miedo que tuviste muchos años, hasta que te sané.
Ahora no estás aquí para curar mi alma. Por la noche, creo que nunca más volveré a ver el sol.
Sin ti ya no soy tu Herrin. Sin Lutero, no soy la luterana.
Una mujer sin un hombre es una mujer sin seguridad.
Ni luterana, ni campesina, ni jardinera…
Contigo nunca habría huido de la peste. Ahora tengo tu miedo a la muerte.
VII.– Aún no me amabas aquella vez
Aún no me amabas aquella vez.
Entonces me mirabas con recelo como si yo fuera orgullosa o arrogante.
Aún no me amabas aquella vez.
VIII.– Entramos al mundo llorando
Entramos al mundo llorando
Venimos al mundo para tener la felicidad Y para perder la felicidad.
Para tener el amor Y para perder el amor.
Venimos al mundo para tener hijos
Y para perder la hijos.
Venimos…
Venimos y vamos.
Entramos al mundo llorando
Venimos al mundo para tener la felicidad Y para perder la felicidad.
Entramos al mundo llorando.
Venimos. Vamos. Venimos para irnos.
Entramos al mundo llorando. Venimos. Vamos.
IX.– La historia del amor.
Tú querías entonces para ti a mi mejor amiga en el monasterio, Ave von Schönfeld, que escapó conmigo.
Y para mí querías al Rector de la Universidad de Wittenberg, Kaspar Glatz.
O el hijo patricio de Nuremberg, Hieronymus Baumgärtner.
Querido Martinus, habías juntado a monjes y monjas, pero no podías entender tu propio corazón.
Porque ya amabas a tu Käthe.
Si alguien te lo hubiera dicho en el Wormser Reichstag, que después de 7 años estarías casado y con hijos, te habrías reído de él.
Con la acción testificar el evangelio, burlando a todos, que triunfan y lloran, y tomar una monja como esposa.
Con nadie me casaré más que con Martín Lutero.
No sólo con la palabra sino con la acción.
No sólo con la palabra sino con la acción
Dios lo ha hecho para que tengas misericordia de mí.
Si la manzana es roja, hay un gusano en su interior, Si la criada es ordenada, tiene un sentido delicado.
X.– La boda
Nuestra boda se celebró en la tarde del 13 de junio de 1525 con un pequeño círculo de amigos. Solo 14 días más tarde los invitamos al banquete de boda. También tus padres, Hans y Margarethe, estuvieron presentes después de que finalmente te reconciliaras con ellos. Ahora tu padre por fin podía tener nietos que llevaran su apellido.
XI.- Casa
Me levantaba a las cuatro de la mañana para empezar todas mis tareas domésticas.
Tenía establos construidos para la cría de cerdos.
Por ejemplo, en 1542 tenía diez cerdos, tres lechones, cinco vacas, nueve terneros, dos cabras, una cabra, pollos, palomas, gansos y varios caballos y tu favorito absoluto, Martín, un perro, que se llamaba Tolpel.
Tenía un cuarto de baño instalado y convertí el antiguo cementerio en un huerto, en el que planté guisantes, frijoles, pepinos, cerezas, rábanos, calabazas, nabos, coles, Lechugas, peras, manzanas, nueces, moras, melocotones, membrillos, Melones, uvas, ciruelas, higos y naranjas.
No sólo tenía que preocuparme por mi marido y todos mis hijos. Con el tiempo, mi casa se llenó de parientes. mi tía Magdalena, mi sobrina Anna, y crié a un total de 11 hijos de hermanos difuntos de mi marido. A esto se suman sirvientes y muchos estudiantes. Unos tantos monjes y monjas que, huérfanos y enfermos, que también fueron calurosamente recibidos.
Fui una señora madre, jardinera, granjera, apicultora, economista y cervecera.
Me consideraba muy trabajadora, muy ahorradora, no exigente, prudente, enérgica, preparada para todo; aunque no me consideraba necesariamente inteligente. De todos modos mejor no serlo, ya que tú, Martinus, no podías soportar a las mujeres inteligentes.
XII.- Un fuerte castillo
XIII. – Puta
Martinus, para ti yo no era un ser pecaminoso, ni un espíritu malo, ninguna encarnación corporal del mal.
Yo era tu Herrin, Martinus. ¿Qué querías decir exactamente? El mundo lo debería oír finalmente.
Tenía que callar siempre que escuchaba «la monja huida …»
Tu vida era una entre Dios y el diablo.
Desde Wartburg escribiste el 6 de agosto de 1521:
«¿Nuestros Wittenberguenses quieren dar mujeres a los monjes? Bueno, al menos, no debería entrometerse ninguna mujer”.
Pero después de unos meses cambiaste:
«La vida de celibato en los monasterios es también contraria a la libertad espiritual. Por lo tanto, donde no seas libre y tengas el deseo de estar soltero, si sólo estáis solos por la vergüenza, el miedo, el uso o el honor, entonces salgan de ahí pronto y se cásense. «
Cuando oíste las palabras del Dr. Scharf:»Si este hombre toma una mujer, el mundo entero y el diablo se reirán y destruirá todos sus asuntos con ésto”, entonces decidiste sabiamente:
«Si puedo enviarlo, me casaré a pesar de todo, y los ángeles se alegrarán, y el diablo llorará».
Y los ángeles se alegrarán, y el diablo llorará.
XIV.– Guardar silencio
El silencio fue la primera lección que se aprendió en el monasterio. Guardar silencio cuando pierdes la privacidad y la intimidad.
Silencio para esconder secretos, para esconder a monjas embarazadas, para esconder a los niños, para ocultar a niños muertos.
Silencio para ocultar el abuso sexual.
Guardar silencio cuando escuchas que Dios creó las brujas para los hombres. Y para las mujeres, los cazadores de brujas.
Silencio, cuando los dictadores fratricidas son bendecidos en nombre de Dios.
XV.- El tiro con el tintero
Vivimos en la tierra de los bosques y lo místico, un mundo lleno de demonios y diablos vivimos en un tiempo de agitación y escapes. Tú, Martinus, creías en la existencia de brujas. y robar todo de una casa; leche, mantequilla…
Pueden encantar a un niño … Además, pueden producir misteriosas enfermedades en la rodilla humana, que consumen al final el cuerpo;
Infligen daño en cuerpo y alma, administran pociones con encantamientos exclaman odio,
Amor, tormentas, toda la devastación en la casa, en el campo, sobre una distancia de una milla y más dejan con sus flechas mágicas lisiados a los sanos, que nadie puede curar
Debemos matar a las hechiceras, porque son ladronas, adúlteras, asesinas
Son letales para los hombres.
Así que deben ser asesinadas, no sólo porque les duele, sino también
porque tienen un pacto con Satanás.
Los hombres no deciden la naturaleza de las mujeres
Así exigiste, al igual que otros, la pena de muerte por supuesta brujería. Y no miraste cuando las mujeres fueron quemadas.
Tus demonios, Martin, ¡Tus demonios están ahora conmigo!
«… cuando las mujeres están nubladas, que no debe ser alabado en ellas; es una cuestión para ellas que pueden tartamudear y no hablar bien. Eso las hace mucho mejor «.
XVI.– El Amor
Un día los demonios se fueron repentinamente. El amor los expulsó, Mi amor. El Amor de Dios.
XVII.– Las últimas palabras
¡Qué bella brillaba la estrella de la mañana!
Silencio, mis palabras se convertirán en silencio. Silencio, todas mis cartas se convertirán en silencio. Silencio.
Tus palabras se convertirán en silencio.